martes, 4 de febrero de 2014

En quinto "tu cuentas".

Querida familia,
os dejamos unas muestras de los cuentos que los niños y niñas de quinto han elaborado para trabajar la estructura literaria de éste formato.
El maestro Guillermo, nos ha facilitado los de Pablo Galeote, Nerea Jurado y Antonio Campillo.
Enhorabuena a tod@s.

                                    PRODUCTOS  TÍPICOS  DE  CÓRDOBA
                              
Había  una vez un hombre llamado Luis que, por casualidades de la vida, conoció a un cordobés llamado Rafael. Este lo invitó  a pasar una semana en Córdoba para conocer su provincia y su gastronomía.
Para mañana tenía previsto ir a Pozoblanco. Cuando llegamos comentamos  lo que habíamos  probado, lo que  habíamos visto como el jamón ibérico, jamón  al horno, el lomo en caña, los chorizos y morcillas, el morcón y la presa de  paletilla,  etc.
Al día siguiente fuimos a Baena. Vimos cómo se produce el aceite en una almazara, también los cereales, los olivos, etc. Y todos nos dijeron que sería muy  chulo ir un día  todos juntos porque cuando le comenté lo que habíamos hecho  se quedaron con la boca abierta.
Esa misma noche salió el tema de los vinos. Y al  día siguiente fuimos a Montilla Moriles, tierra conocida por sus vinos,  también probamos sus licores  y lo acompañamos con unas tapas típicas de allí y unos embutidos, también típicos de allí.
Al día siguiente fuimos a Rute, muy  bien conocida por su belén de chocolate, mantecados, sus turrones y fuimos a visitar el mueso del anís. Fue un día inolvidable.
Al día siguiente fuimos a Montoro y probamos su aceite de calidad. Unas tostadas con aceite y jamón para desayunar y para almorzar comimos un poco de arroz con zorzales y chorizo y, para cenar comimos tortilla de faisanes.
Hoy vamos a ir a Zuheros, a probar sus quesos de calidad. Para almorzar probaremos sus migas, también conejo al ajillo o con arroz y para cenar salmorejo típico de allí.
Si nos da tiempo podríamos ir a Palma del Río conocida por sus naranjas. Para desayunar y merendar nos tomaríamos un zumo de naranja con una tostada de aceite y jamón, y por la noche nos podríamos ir a un bar y tomar muchos vinos diferentes: a Rafael y a mí nos gustarían todos.
Por la noche, pensamos que mañana visitaríamos  Puente Genil;  a la mañana nos fuimos a Puente Genil y comimos carne de membrillo.
Y por fin llegó el último día para poder dedicárselo a Córdoba capital: fuimos a probar el tan famoso rabo de toro, salmorejo y flamenquín y de postre, el famoso pastel cordobés.
Todo esto  junto a sus paisaje y demás maravillas de esta ciudad hacen que venir a Córdoba sea un  auténtico y maravilloso placer.
Y Luis cuando llegó a su ciudad (Madrid) le contó a su familia todo lo que había vivido allí, y nos emplazó a realizar un viaje  todos juntos.

Autor: Antonio Campillo Moreno
Vº Bº del profesor

5º Educación Primaria CEIP Algafequi


FACUNDO EL VAGABUNDO

Esta es la historia de Facundo el vagabundo, un hombre cuya única ilusión era estar deambulando todo el día por la calle.

Sus mejores amigos eran Tom y Terry. Tom era un gato de pelo negro, ojos saltones, orejas caídas y muy canijo que estaba todo el día husmeando por las bolsas de basura de los barrios cercanos; mientras que Terry era un perro de ojos claros, orejas alargadas y muy gordo, que estaba todo el día perfumándose y cepillándose su pelo.
 
Facundo se encontraba un día trasteando por los contenedores de basura, ya que esto lo solía hacer muy a menudo, con el fin de encontrar utensilios y cosas usadas que le sirviesen para su vida diaria, como por ejemplo ropa de abrigo, calzado y todo aquello que tuviera utilidad.

Se adentró en un contenedor y vio una bolsa blanca cerrada con una goma y con el anagrama del Banco Nacional de los Estados Unidos. Se quedó trastornado por lo que pudiera contener la bolsa, miró hacia un lado y hacia otro de la calle, y al ver que no había nadie paseando cogió la bolsa, se la introdujo en el forro interno de su abrigo y saltó del contenedor con una  velocidad endiablada.

Fue corriendo a avisar a sus amigos Tom y Terry, antes de abrir la bolsa que había encontrado en el contenedor, y una vez los localizó decidieron  abrir la misma en una cueva en las afueras de la ciudad para que nadie sospechara de lo que habían encontrado.

Facundo rompió la goma de la bolsa que había encontrado e introdujo su mano en la bolsa, sacando un fajo de billetes de mil dólares nuevos, sin estrenar; a continuación realizó la misma operación y volvió a sacar el mismo fajo de  billetes, operación que se volvería a repetir una y otra vez durante un tiempo de una hora.

Los tres estaban alucinando con lo que salía de la bolsa y se dispusieron a contar todo el dinero, llegando a una cantidad cercana al millón de dólares. No salían de su asombro y mientras que a los tres le brillaban los ojos sus piernas empezaron a temblar.

Tom y Terry le preguntaron a Facundo que si tenía pensado lo que iba a hacer con tanto dinero, pero Facundo estaba todavía trastornado por el hecho que le había pasado. Una vez calmado y ya más tranquilo se dispuso a pensar en lo que iba hacer. Mientras que Tom era partidario de que se gastasen todo el dinero en comprar pescado y hacer negocios con el mismo, Terry era más partidario de invertir en una fábrica de comidas para perros.

Facundo se quedó mirando a uno y a otro :les dijo que no se peleasen que ya tenía tomada la decisión de lo que iba hacer con el dinero. Tom y Terry se quedaron por unos instantes inmóviles esperando escuchar de Facundo cada uno lo que más le interesaba: el pescado o la comida de perro.
-         Una vez estudiado el caso que acontece he decidido que vamos a devolver el dinero encontrado. –
              
Tom y Terry se quedaron estupefactos ante lo que habían escuchado, no salían de su asombro.

-         He tomado esta decisión ante vosotros nada fácil porque sois mis mejores amigos y pienso que me vais a apoyar y comprender. Mi vida está en la calle y soy feliz en ella, andando por sus calles, para arriba y para abajo, soy libre en ellas y nada me va a hacer más feliz que esta vida que llevo, ni siquiera Un millón de dólares , pienso que este dinero me va a alejar de vosotros y de mi mundo y no me va a dar la felicidad, por eso pienso que la mejor decisión es la de devolver el dinero; además seguro que este dinero es de alguna persona que a lo mejor lo está buscando desesperadamente y seguro que cuando lo devolvamos le haremos la persona más feliz de la Tierra y al mismo tiempo su felicidad se convertirá en mi felicidad.-

Tom y Terry pensaron por unos momentos que Facundo había perdido la cabeza y que no podía dejar pasar esta oportunidad que el destino le había enviado y de paso arreglar sus vidas un poco, y ver cumplidos sus sueños de los negocios de pescado y comida para perros.

Después de estar bastante rato deliberando sobre la decisión, Tom y Terry se dieron cuenta de que Facundo tenía sus razones para tomar la decisión que les había dicho y que entendían perfectamente los motivos que había expuesto Facundo, con lo cual finalmente optaron por devolver el dinero.

Se dirigieron a la central de Policía en New York en la sección de objetos perdidos explicándole al policía de registro lo que había ocurrido; el policía se quedó perplejo por lo que estaba viviendo, ya que no era muy normal que una persona se encontrase un millón de dólares en la basura y lo devolviese a su dueño.  El policía le dijo a Facundo que había hecho lo correcto y le preguntó que por qué había tomado esa decisión y Facundo le expuso las mismas razones que anteriormente le había dado a Tom y Terry. El policía se quedó pensativo durante unos instantes y al cabo de cierto tiempo reaccionó esbozando una sonrisa.

-         Mire usted, sabe que este hecho le podía haber cambiado la vida por completo y sin embargo ha optado por devolverlo a su dueño; usted ha optado por encontrar la felicidad de manera distinta a la que lo haría el resto de los seres vivientes-
                   
Una vez entregado el dinero los tres amigos se dirigieron a sus casas, a seguir con sus vidas; Tom buscaba en las cajas de pescado de la basura, Terry lamía huesos que encontraba por la calle y Facundo andaba por las calles con paso lento y pensando en todo lo que le había ocurrido en todo el día.

Y colorín  colorado esta historia se ha acabado.


Autor: Pablo Galeote Chaves
Vº Bº del profesor
5º Educación Primaria CEIP Algafequi

ALICIA EN SU HUERTA
Érase una vez una mujer llamada Alicia. Ella tenía un huerto y como iba un poco flojo de comida ella puso una tienda: tuvo que comprar naranjas de Palma del Río, productos del cerdo ibérico de la dehesa de Los Pedroches, leche de vaca frisona, carne de vaca limousina y cherolesa, queso de cabra de Zuheros, queso de oveja merina de Pozoblanco, miel de Villaviciosa y ajo de Montalbán.
Todo esto compraba dos días a la semana y ella, después de todo, se puso feliz, pero hubo una cosa que se olvidó Alicia: el huerto. Ella pensaba que el huerto, al ser grande, crecían más cosas, aunque había una cosa que ella no sabía: ese huerto era un poco distinto a los demás. Aparte de que el huerto iba mal, sólo crecían naranjas y olivos.
Cuando se dio cuenta de esto quitó el huerto rápidamente y su marido puso una granja. Allí había: vacas frisonas y limousinas, más tarde le trajeron cherolesas, también tenía cerdos, ovejas, gallos y muchos animales más.
Alicia ya no tenía que comprar ni leche, ni huevos, ni embutidos… la tienda se quedó con muy pocas cosas compradas: la mayoría era de la granja.
Desde ese día todos vivieron felices porque ya no utilizaban los despertadores porque el gallo de Alicia los despertaba a todos a las ocho en punto.
Alicia siempre que se levantaba tenía una sorpresa: ¡la gallina al lado de ella porque quería comer! Y así eran todos los días.
FIN
Autora: Nerea Jurado Ramos
Vº Bº del profesor
5º Educación Primaria CEIP Algafequi

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