Querida familia,
os dejamos unas muestras de los cuentos que los niños y niñas de quinto han elaborado para trabajar la estructura literaria de éste formato.
El maestro Guillermo, nos ha facilitado los de Pablo Galeote, Nerea Jurado y Antonio Campillo.
Enhorabuena a tod@s.
PRODUCTOS TÍPICOS DE
CÓRDOBA
Había una vez un hombre llamado Luis que, por
casualidades de la vida, conoció a un cordobés llamado Rafael. Este lo
invitó a pasar una semana en Córdoba
para conocer su provincia y su gastronomía.
Para
mañana tenía previsto ir a Pozoblanco. Cuando llegamos comentamos lo que habíamos probado, lo que habíamos visto como el jamón ibérico,
jamón al horno, el lomo en caña, los
chorizos y morcillas, el morcón y la presa de
paletilla, etc.
Al día
siguiente fuimos a Baena. Vimos cómo se produce el aceite en una almazara,
también los cereales, los olivos, etc. Y todos nos dijeron que sería muy chulo ir un día todos juntos porque cuando le comenté lo que
habíamos hecho se quedaron con la boca
abierta.
Esa
misma noche salió el tema de los vinos. Y al
día siguiente fuimos a Montilla Moriles, tierra conocida por sus vinos, también probamos sus licores y lo acompañamos con unas tapas típicas de
allí y unos embutidos, también típicos de allí.
Al día
siguiente fuimos a Rute, muy bien
conocida por su belén de chocolate, mantecados, sus turrones y fuimos a visitar
el mueso del anís. Fue un día inolvidable.
Al día
siguiente fuimos a Montoro y probamos su aceite de calidad. Unas tostadas con
aceite y jamón para desayunar y para almorzar comimos un poco de arroz con
zorzales y chorizo y, para cenar comimos tortilla de faisanes.
Hoy
vamos a ir a Zuheros, a probar sus quesos de calidad. Para almorzar probaremos
sus migas, también conejo al ajillo o con arroz y para cenar salmorejo típico
de allí.
Si nos
da tiempo podríamos ir a Palma del Río conocida por sus naranjas. Para desayunar
y merendar nos tomaríamos un zumo de naranja con una tostada de aceite y jamón,
y por la noche nos podríamos ir a un bar y tomar muchos vinos diferentes: a
Rafael y a mí nos gustarían todos.
Por la
noche, pensamos que mañana visitaríamos
Puente Genil; a la mañana nos
fuimos a Puente Genil y comimos carne de membrillo.
Y por
fin llegó el último día para poder dedicárselo a Córdoba capital: fuimos a
probar el tan famoso rabo de toro, salmorejo y flamenquín y de postre, el
famoso pastel cordobés.
Todo
esto junto a sus paisaje y demás
maravillas de esta ciudad hacen que venir a Córdoba sea un auténtico y maravilloso placer.
Y Luis
cuando llegó a su ciudad (Madrid) le contó a su familia todo lo que había
vivido allí, y nos emplazó a realizar un viaje
todos juntos.
Autor:
Antonio Campillo Moreno
Vº Bº
del profesor
5º
Educación Primaria CEIP Algafequi
FACUNDO EL
VAGABUNDO
Esta
es la historia de Facundo el vagabundo, un hombre cuya única ilusión era estar
deambulando todo el día por la calle.
Sus
mejores amigos eran Tom y Terry. Tom era un gato de pelo negro, ojos saltones,
orejas caídas y muy canijo que estaba todo el día husmeando por las bolsas de
basura de los barrios cercanos; mientras que Terry era un perro de ojos claros,
orejas alargadas y muy gordo, que estaba todo el día perfumándose y
cepillándose su pelo.
Facundo
se encontraba un día trasteando por los contenedores de basura, ya que esto lo
solía hacer muy a menudo, con el fin de encontrar utensilios y cosas usadas que
le sirviesen para su vida diaria, como por ejemplo ropa de abrigo, calzado y
todo aquello que tuviera utilidad.
Se
adentró en un contenedor y vio una bolsa blanca cerrada con una goma y con el
anagrama del Banco Nacional de los Estados Unidos. Se quedó trastornado por lo
que pudiera contener la bolsa, miró hacia un lado y hacia otro de la calle, y
al ver que no había nadie paseando cogió la bolsa, se la introdujo en el forro
interno de su abrigo y saltó del contenedor con una velocidad endiablada.
Fue
corriendo a avisar a sus amigos Tom y Terry, antes de abrir la bolsa que había
encontrado en el contenedor, y una vez los localizó decidieron abrir la misma en una cueva en las afueras de
la ciudad para que nadie sospechara de lo que habían encontrado.
Facundo
rompió la goma de la bolsa que había encontrado e introdujo su mano en la
bolsa, sacando un fajo de billetes de mil dólares nuevos, sin estrenar; a
continuación realizó la misma operación y volvió a sacar el mismo fajo de billetes, operación que se volvería a repetir
una y otra vez durante un tiempo de una hora.
Los
tres estaban alucinando con lo que salía de la bolsa y se dispusieron a contar
todo el dinero, llegando a una cantidad cercana al millón de dólares. No salían
de su asombro y mientras que a los tres le brillaban los ojos sus piernas
empezaron a temblar.
Tom
y Terry le preguntaron a Facundo que si tenía pensado lo que iba a hacer con
tanto dinero, pero Facundo estaba todavía trastornado por el hecho que le había
pasado. Una vez calmado y ya más tranquilo se dispuso a pensar en lo que iba
hacer. Mientras que Tom era partidario de que se gastasen todo el dinero en
comprar pescado y hacer negocios con el mismo, Terry era más partidario de
invertir en una fábrica de comidas para perros.
Facundo
se quedó mirando a uno y a otro :les dijo que no se peleasen que ya tenía
tomada la decisión de lo que iba hacer con el dinero. Tom y Terry se quedaron
por unos instantes inmóviles esperando escuchar de Facundo cada uno lo que más
le interesaba: el pescado o la comida de perro.
-
Una vez estudiado el caso que acontece he decidido que
vamos a devolver el dinero encontrado.
–
Tom
y Terry se quedaron estupefactos ante lo que habían escuchado, no salían de su
asombro.
-
He tomado esta decisión ante vosotros nada fácil
porque sois mis mejores amigos y pienso que me vais a apoyar y comprender. Mi
vida está en la calle y soy feliz en ella, andando por sus calles, para arriba
y para abajo, soy libre en ellas y nada me va a hacer más feliz que esta vida
que llevo, ni siquiera Un millón de dólares , pienso que este dinero me va a
alejar de vosotros y de mi mundo y no me va a dar la felicidad, por eso pienso
que la mejor decisión es la de devolver el dinero; además seguro que este
dinero es de alguna persona que a lo mejor lo está buscando desesperadamente y
seguro que cuando lo devolvamos le haremos la persona más feliz de la Tierra y
al mismo tiempo su felicidad se convertirá en mi felicidad.-
Tom
y Terry pensaron por unos momentos que Facundo había perdido la cabeza y que no
podía dejar pasar esta oportunidad que el destino le había enviado y de paso
arreglar sus vidas un poco, y ver cumplidos sus sueños de los negocios de
pescado y comida para perros.
Después
de estar bastante rato deliberando sobre la decisión, Tom y Terry se dieron
cuenta de que Facundo tenía sus razones para tomar la decisión que les había
dicho y que entendían perfectamente los motivos que había expuesto Facundo, con
lo cual finalmente optaron por devolver el dinero.
Se
dirigieron a la central de Policía en New York en la sección de objetos
perdidos explicándole al policía de registro lo que había ocurrido; el policía
se quedó perplejo por lo que estaba viviendo, ya que no era muy normal que una
persona se encontrase un millón de dólares en la basura y lo devolviese a su
dueño. El policía le dijo a Facundo que
había hecho lo correcto y le preguntó que por qué había tomado esa decisión y
Facundo le expuso las mismas razones que anteriormente le había dado a Tom y
Terry. El policía se quedó pensativo durante unos instantes y al cabo de cierto
tiempo reaccionó esbozando una sonrisa.
-
Mire usted, sabe que este hecho le podía haber
cambiado la vida por completo y sin embargo ha optado por devolverlo a su
dueño; usted ha optado por encontrar la felicidad de manera distinta a la que
lo haría el resto de los seres vivientes-
Una
vez entregado el dinero los tres amigos se dirigieron a sus casas, a seguir con
sus vidas; Tom buscaba en las cajas de pescado de la basura, Terry lamía huesos
que encontraba por la calle y Facundo andaba por las calles con paso lento y
pensando en todo lo que le había ocurrido en todo el día.
Y colorín
colorado esta historia se ha acabado.
Autor: Pablo Galeote Chaves
Vº Bº del profesor
5º Educación Primaria CEIP Algafequi
ALICIA
EN SU HUERTA
Érase una vez una mujer llamada
Alicia. Ella tenía un huerto y como iba un poco flojo de comida ella puso una
tienda: tuvo que comprar naranjas de Palma del Río, productos del cerdo ibérico
de la dehesa de Los Pedroches, leche de vaca frisona, carne de vaca limousina y
cherolesa, queso de cabra de Zuheros, queso de oveja merina de Pozoblanco, miel
de Villaviciosa y ajo de Montalbán.
Todo esto compraba dos días a
la semana y ella, después de todo, se puso feliz, pero hubo una cosa que se
olvidó Alicia: el huerto. Ella pensaba que el huerto, al ser grande, crecían
más cosas, aunque había una cosa que ella no sabía: ese huerto era un poco
distinto a los demás. Aparte de que el huerto iba mal, sólo crecían naranjas y
olivos.
Cuando se dio cuenta de esto
quitó el huerto rápidamente y su marido puso una granja. Allí había: vacas
frisonas y limousinas, más tarde le trajeron cherolesas, también tenía cerdos,
ovejas, gallos y muchos animales más.
Alicia ya no tenía que comprar
ni leche, ni huevos, ni embutidos… la tienda se quedó con muy pocas cosas
compradas: la mayoría era de la granja.
Desde ese día todos vivieron
felices porque ya no utilizaban los despertadores porque el gallo de Alicia los
despertaba a todos a las ocho en punto.
Alicia siempre que se levantaba
tenía una sorpresa: ¡la gallina al lado de ella porque quería comer! Y así eran
todos los días.
FIN
Autora:
Nerea Jurado Ramos
Vº Bº
del profesor
5º
Educación Primaria CEIP Algafequi